En este caso, se acepta con entusiasmo ese papel decisivo de la cubierta y por tanto de su estructura, y acompañando a todo ello, la incorporación de un material, si no nuevo, al menos de uso  no tan frecuente. En este proyecto se propone una cubierta tensada de teflón, muy ligera por tanto, capaz de facilitar las considerables luces inherentes a las estaciones y hacer innecesarios muchos elementos estructurales secundarios.

El empleo de la membrana tensada produce además afortunadas coincidencias. Si las estaciones pueden aún aludir a la ciudad a la que sirven de puerta de entrada, la sucesión de curvaturas alternadas de la cubierta no está lejos de reproducir la forma de los sistemas dunares que asociamos con la costa de Huelva. Unas plantaciones de pinos en las zonas de parque vecinas contribuyen decisivamente al propósito enunciado.

La sucesión de curvas sobre los andenes se modifica en la zona del hall y sobre la plaza ante la estación, donde un gesto más unitario  sugiere una cierta metáfora del movimiento y la llegada. El sistema estructural se modifica en estas zonas al conformar estructuras curvilíneas sobre los cuerpos edificados del hall que permiten seguir tensando la membrana. Estas estructuras y su gran canto permiten finalizar la cubierta con un generoso voladizo que protege la actividad  de intercambio con autobuses, vehículos privados y taxis.

Para completar el comportamiento energético del edificio, se ha previsto al sur un porche formado por placas fotovoltaicas que protegen el tránsito de los viajeros desde y hacia los aparcamientos.