El estadio propuesto se configura como una fachada muy continua y abstracta en la que se proyecta un sólo hueco, un gesto enérgico que abre el estadio hacia la nueva plaza, hacia el Centro de Negocios previsto frente a él y hacia el intercambiador de transportes públicos que lo relacionará con el resto de la ciudad.

El lateral oeste de los estadios se ha hecho progresivamente más específico con respecto al resto de los graderíos al concentrarse en él las funciones complementarias a las estrictamente dedicadas a la práctica del deporte.

Unas amplias zonas de relación para los espectadores Business y VIPs, Palcos, zonas destinadas a seminarios, grandes cocinas, oficinas para el Club y para el Servicio de Deportes, asociaciones de apoyo del Lausanne Club de Football, vestuarios no solo para el propio estadio, sino también para el Centro de Formación.

Todo ello ha llevado a especializar completamente la zona oeste del estadio para los espectadores de mayor nivel y los medios de comunicación. El lado Oeste se constituye como un pequeño centro de eventos y convenciones que puede funcionar con independencia de la práctica deportiva y en relación con el Centro de Negocios que se construirá frente a él, garantizándose así la actividad del edificio mucho más allá de la celebración de espectáculos.

De esta forma, se llena de sentido el gran hueco propuesto en la fachada Oeste que nos remite a la fuerte relación funcional entre los dos edificios que configurarán el nuevo espacio público y a la apertura del estadio hacia la ciudad.