El conjunto de edificios que fue sede de la Institución Libre de Enseñanza goza de una propiedad, su dimensión, su carácter de pequeños pabellones, que nos remite a un tiempo y un entorno que ya no existen. Esa pequeña dimensión, y en consecuencia el contraste que se experimenta al abandonar la ciudad y entrar al recinto, constituye el mayor atractivo del conjunto.

Como un primer paso se opta por mantener y rehabilitar los edificios más característicos de la antigua Institución, el edificio principal, el pabellón de párvulos y el pabellón Mc Pherson. El resto del programa se ha resuelto a través de la incorporación de tres nuevas edificaciones, de dimensiones tan modestas como ha sido posible, ocupando los ángulos disponibles del solar, redefiniendo y ampliando el espacio libre central.

A partir de ahí, resulta necesario dotar de sentido y carácter unitario a este conjunto formado por edificios existentes y nuevos: algo de ello se pretende a través de la estricta trama geométrica elegida, que unifica los nuevos edificios y que se materializa finalmente en la estructura que cubre el espacio libre central, apoyada en las nuevas intervenciones. El espacio libre total se constituirá en el espacio central al que todas las dependencias quedan conectadas.

El ángulo Suroeste del solar lo ocupará la biblioteca, el ángulo Sureste un edificio dedicado a aulas y la mayor y más compleja de las nuevas edificaciones, además de aulas y la sala de exposiciones, incorporaría un nuevo acceso desde la calle. Dos plantas de sótano conectarán todos los edificios entre sí, permitiendo la necesaria continuidad de las redes de instalaciones y servicios y resolviendo satisfactoriamente el problema del relativamente grande salón de actos.